Luis Nieto Degregori (Cusco, 1955) estudió Literatura y Lingüística en la Universidad de la Amistad de los Pueblos en Moscú. Dos años pasados en Ayacucho como testigo de la violencia alimentaron sus primeras ficciones: Harta cerveza y harta bala (1987), La joven que subió al cielo (1988) y Como cuando estábamos vivos (1989). Fueron libros escritos al mismo tiempo que se desarrollaba el conflicto armado y que tuvieron el mérito de ser pioneros en la temática de la violencia política. Un nuevo ciclo en su labor literaria está orientado a indagar en el pasado y empieza con Señores destos reynos (1994). La visión que proporciona del Cusco se enriqueció con las novelas Cuzco después del amor (2003), un fresco de la capital incaica el día de hoy, y Asesinato en la gran ciudad del Cusco (2007), una incursión en el Cusco de los siglos XVI y XVII. Una novela corta que conforma su libro El guachimán y otras historias (2008) fue llevada al cine en 2011 precisamente con el título El guachimán. Desde 2006 ha incursionado con éxito en la literatura infantil, con títulos como Pepe, Pepo y Pipo y la laguna misteriosa (2006), Pepe, Pepo y Pipo y la montaña de nieve resplandeciente (2012) y Lucas y el caso del anillo desaparecido (2012). En 2015 publicó una novela de corte policial para jóvenes: La corona del señor moche. Sus publicaciones más recientes están también dirigidas a los niños: La venganza de los dioses moches (2016) y Vacaciones en Sicuani (2016).
Con «María Nieves», Luis Nieto Degregori obtuvo el Premio Copé Oro 1992. En esta edición —cuyo jurado estuvo formado por representantes de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Eduardo Hopkins; Pontificia Universidad Católica del Perú, Ricardo González Vigil; Instituto Nacional de Cultura, Eleodoro Vargas Vicuña; Academia Peruana de la Lengua, Estuardo Núñez; y Petróleos del Perú, Pedro Cateriano—, Ericka Mesía obtuvo el segundo lugar con «Prólogo a historia de Maurice Boucaya», y Gonzalo Portals y Percy Galindo compartieron el tercer lugar con «El atabal» y «Tócala, Sam», respectivamente. Eduardo Hopkins, en el prólogo a «María Nieves» y los cuentos ganadores del Premio Copé 1992 (Lima, Ediciones Copé, 1994), expresó: «Parte del atractivo de este relato histórico [«María Nieves»] radica en la fluidez y verosimilitud con que trata los detalles circunstanciales y las referencias a la cotidianidad de los personajes. La voz narrativa se involucra y contamina con la visión de María; instalada como conciencia valorativa en la conciencia del personaje, se explaya en interrogaciones retóricas que señalan el desideratum del cuento: demostrar las razones del fracaso amoroso de la protagonista».