La religión en el Perú es devoción intensa y es también fiesta, celebración del sentimiento profundo de la fe mezclada con la alegría de vivir. La ciudad de Ayacucho se caracteriza tanto por su raigambre religiosa desde tiempos virreinales como por ser centro de irradiación espiritual hacia otras provincias del país y más alá de las fronteras de éste, pues se trata del escenario propicio con sus treinta y tres hermosos templos ligados estrechamente al calendario de rituales religiosos.
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