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06 Ene2016

Discurso de honor del profesor Américo Mudarra en premiación de la XVII Bienal de Poesía

El profesor Américo Mudarra Montoya brindó un discurso de honor en la ceremonia de premiación de los ganadores de Premio Copé 2015, en representación al Jurado Calificador de la XVII Bienal de Poesía. A continuación el texto completo:

PRESENTACIÓN DE HONOR

EN REPRESENTACIÓN DEL JURADO CALIFICADOR

DEL PREMIO COPÉ DE POESÍA 2015

 

Señor Germán Velásquez Salazar. Presidente del Directorio de Petróleos del Perú,

Profesor Eduardo Hopkins. Representante del Jurado Calificador de la XVII Bienal de Poesía, Premio Copé 2015.

 

En esta noche quisiera compartir algunas reflexiones sobre lo que ha significado el trabajo de selección del Jurado Calificador en el concurso Premio Copé de Poesía 2015. Los 560 participantes de este año reiteran la enorme acogida que ha suscitado y suscita el Premio Copé a lo largo de sus ediciones, un hecho que se destaca. Pero también es meritoria la convocatoria de escritores de todas las edades, sobretodo últimamente de los jóvenes.

La suerte de un poemario no ha sido muchas veces la más feliz en el mundo de la literatura. La historia ha sido testigo de olvidos y omisiones, silencios e incomprensiones. Reivindicatoria tarea que le ha tocado cumplir al tiempo y a las generaciones futuras de los poetas y poemarios olvidados: el homenaje de los jóvenes posmodernistas y, luego, de los vanguardistas peruanos a la solitaria figura de José María Eguren, delineó una trayectoria donde el poeta simbolista era el punto de partida de una tradición poética que se iniciaba. Todo lenguaje nuevo es siempre desconcertante tanto para el lector especializado como para el lector promedio. Un lenguaje nuevo siempre desafía las convenciones literarias de la tradición vigente. Y la poesía, que es el género por excelencia para articular el lenguaje, ha tenido siempre el impacto de una ruptura. Cuando el poeta César Vallejo publicó Trilce en 1922, fue criticado y sufrió el desconcierto total de los críticos más agudos, quienes dejaban en claro su voto en blanco. Por ello, merece suma atención la lectura de un poemario, porque el poeta siempre está intentando reinventar el lenguaje, siempre intenta cuajar una nueva forma, una nueva expresión que trasmita su sensibilidad.

No obstante, a pesar de los riesgos de quedar inerme ante una propuesta novedosa, hay un elemento en la poesía ―como el hilo que Ariadna entregó a Teseo― capaz de guiarnos por el laberinto de metáforas y aliteraciones, de música y canto, de voces corales que no se desbarrancan al final de los versos, sino saltan de un abismo a otro, un laberinto hecho sobre todo de silencios. La poesía es también eso, silencio, un silencio que nos nombra, como diría el ahora olvidado poeta Enrique Peña Barrenechea. Ese hilo de Ariadna es el trabajo sobre el lenguaje. Contra esa generalizada y errada opinión que asume que la poesía es el discurso de la inspiración, de la exteriorización inmediata de las emociones en palabras, debemos aclarar, una vez más, que la poesía es un trabajo de la sensibilidad y de cultura, que el poeta es un artista, en el sentido de un compositor o, como diría Baudelaire, un artesano. El trabajo sobre el lenguaje, el domino de la sintaxis, la riqueza del léxico, la precisión en la adjetivación, la capacidad para crear significados inéditos y el ritmo susurrante de los versos son las marcas, las señales del trabajo artesanal del poeta. Esta evaluación de la poesía, no es como creen algunos, un trabajo de crítico impresionista. Reconocer la belleza de un poemario, su mérito y superioridad sobre el resto implica la experiencia de muchas lecturas.

Los tres ganadores del Premio Copé de poesía 2015 han reunido los méritos necesarios para elevarse sobre un corpus abundante, y en algunos casos, relevantes. La elección no ha sido fácil, nunca está exenta la polémica, pues en la evaluación de los poemarios también se pone en juego la subjetividad del crítico, sus inclinaciones estéticas particulares. Pero no se confunda, subjetividad no es sinónimo de arbitrariedad. Así cómo existe polémica, también hay acuerdo, objetividad sobre la calidad de los poemarios. Esta objetividad viene, desde luego, de las lecturas de los críticos, de su cultura. Cultura y subjetividad son los dos factores que intervienen en la elección de un poemario como el más importante. El tiempo tendrá siempre la última palabra.

¿Cuáles son y cuáles han sido los aciertos de estos poetas para estar el día de hoy siendo homenajeados? Tanto Colina interior de Antonio Sarmiento Anticona, como Muestra de arte disecado de Roy Vega Jácome y Proemio Mortis de Renato Sandoval han logrado algo muy difícil para un poeta: la construcción de un estilo y un universo personal, un modo particular de ver y decir las cosas.

En Colina interior, Premio Copé Oro 2015 de poesía, destacamos el lirismo narrativo que se extiende como una música silenciosa a lo largo de todo el poemario. El poeta ha sabido articular un ritmo sostenido a lo largo de su obra. En el universo creado por el autor, el protagonista de muchos de los poemas, mounsier Le Chevalier tiene la misión de desenterrar los restos del pasado, de civilizaciones desaparecidas, de mundos arqueologizados. Le Chevalier nos lleva de la mano para conocer la tarea corrosiva e incansable del tiempo. El paso del tiempo, la corrosión del hombre y las cosas, de vidas y civilizaciones, de historias sumergidas bajo aluviones de tierra y agua, constituye el principal motivo poético que articula la red semántica de Colina interior. Con perspectiva amarga, pero reflexiva, el poeta ubica también el presente como un pasado ya muerto, donde futuros arqueólogos desenterrarán los restos de una bicicleta y el mundo que giraba a su alrededor. Borges afirmaba que el tiempo es la materia de la que estamos hechos. Colina interior toma este postulado y lo hace el centro vital de su creación con gran acierto, así como cuenta con aliento narrativo dentro de la tradición poética peruana, adjudicándose una propuesta novedosa y de aporte a nuestra poesía peruana.

El poemario Premio Copé Plata 2015 de poesía, titulado Muestra de arte disecado, de Roy Vega Jácome, hace recordar el poema Muestra de arte rupestre de Marco Martos; no obstante, precisamos que no se inserta dentro de los códigos estéticos de la poesía del sesenta en la que se inscribe Martos. La poesía de Vega Jácome se vale de diversos registros, desde el lirismo intimista de los primeros poemas hasta la oralidad de tono reflexivo. Los primeros poemas recrean el mundo íntimo del hablante lírico, el mundo del hogar, un tema constante dentro de la tradición poética peruana, inaugurado por Valdelomar y desarrollado tierna y desgarradoramente por Vallejo. Poemas como “a mi padre, para quien el más allá siempre fue un tierno animal de origami”, o “plegaria del ausente”, recrean el mundo privado y de acontecimientos dolorosos dentro del hogar. Pero poemas como “pabellón” reflexionan en tono seco y hasta duro sobre la incapacidad para poder mirar desde los ojos de los otros. La incomunicación es un fantasma que acosa a los protagonistas de estos poemas.

Por otro lado, con un ritmo intenso el poemario Proemios Mortis, Premio Copé Bronce 2015 de poesía del escritor Renato Sandoval, inicia un discurrir de creación destacable donde la oscuridad de las imágenes se presenta en contrapunto con la fuerza del ritmo. Difícil contraste que debió haber llevado largas horas de trabajo al poeta. La temática religiosa y existencial que aborda el poemario se articula en diálogo con principios filosóficos en torno a la naturaleza de Dios y plasmado como títulos de los poemas. El lenguaje de Renato Sandoval hace recordar la mejor poesía barroca, como la de Lezama Lima y Martín Adán. Así, como su cultismo nos lleva a compararlo con Travesía de extramares. Quizá el mayor mérito de este poemario sea un ritmo pujante y embriagador así como el manejo de una adjetivación precisa y novedosa. Lo más sorprendente es que logra sostener ese ritmo intenso a lo largo de toda la obra.

Finalmente, destaco las tres menciones honrosas junto con las doce obras finalistas de la XVII Bienal de Poesía, quienes demuestran con gran acierto y expectativa las potencialidades y virtudes que posee nuestra poesía peruana Asimismo, agradezco a PETROPERÚ por su apoyo constante a la construcción de la cultura en el Perú.

Muchas Gracias

 

Prof. Américo Mudarra Montoya
Miembro del Jurado Calificador de la XVII Bienal de Poesía
Premio Copé 2015
Representante de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos