Marcel Velázquez Castro

A pesar de varias semejanzas en los procesos históricos, pocas veces se piensa comparativamente las dinámicas culturales del Perú y México. Manuel González Prada (1844-1918) y Ricardo Flores Magón (1874-1922), lectores de Proudhon, Bakunin y Kropotkin, fueron dos de los anarquistas latinoamericanos más significativos y fecundos. No se debe olvidar que sus trabajos políticos regidos por el anarquismo fueron una fase en sus largas y complejas trayectorias ideológicas: en el peruano, durante la primera década del siglo XX; en el mexicano, después de 1908 hasta el final de su vida.

Ambos escritores tuvieron experiencias comunes: los orígenes ideológicos en el radicalismo de cuño liberal, la confianza en la palabra armada y la prensa de combate. Ellos sostuvieron una producción de propaganda y ataque mediante numerosos ensayos, artículos y panfletos periodísticos. Se distinguieron por el enfrentamiento abierto contra el poder oligárquico, las ilusiones de la modernización y la Iglesia Católica, impregnados de una violencia verbal y un feroz anticlericalismo. Flores Magón y González Prada exploraron a cabalidad las posibilidades del lenguaje político, mediante la frase-consigna, con resonancias aforísticas; y enarbolaron un cosmopolitismo subversivo con una visión internacional de las batallas locales.

Sin duda también hubo diferencias clave. Ricardo Flores Magón fue un revolucionario, participó en dos rebeliones fallidas en 1906 y 1908 en el Norte, su manifiesto anarquista de 1911 plantea la destrucción del estado, el capital y la iglesia, fue actor de la Revolución Mexicana, pasó muchos años de su vida en la cárcel, influyó en las luchas obreras en Estados Unidos y defendió el accionar de las tropas de Emiliano Zapata, bajo el famoso grito de “Tierra y Libertad”. Por su parte, González Prada fue un intelectual comprometido y un agitador anarquista desde la prensa urbana; nunca padeció prisión, pero sí la censura. Denunció los vicios sociales de la oligarquía limeña y su alianza con el clero, enemigo de la ciencia y el progreso.

Flores Magón y su organización el Partido Liberal Mexicano fueron tenaces antagonistas del gobierno de Porfirio Díaz y algunas de sus banderas obreras y campesinas se impusieron después de la Revolución Mexicana en la Constitución de 1917. El peruano renunció en 1902 a la Unión Nacional y no volvió a militar partidariamente, pero mantuvo una firme oposición a los gobiernos civilistas de López de Romaña y José Pardo. Sus ideales nunca se plasmaron, aunque en parte fueron recogidos por el programa inicial del APRA de Haya de la Torre en la década de 1920.

Ricardo Flores Magón fue uno de los fundadores de Regeneración, que se publicó por primera vez el 7 de agosto de 1900 y se autodenominó a finales de ese año, como periódico independiente de combate. Entre 1904 y 1906, se publicó en California por el exilio de sus fundadores y alcanzó los 22. 000 ejemplares, de los cuales más de la mitad se enviaba por correo a México, principalmente a las ciudades del norte. Tenía una sección en inglés. Posteriormente, se imprimió en varias otras ciudades hasta 1918.

En la Biblioteca Manuel Orozco de ciudad de México pude revisar estas hojas de un pliego, inflamadas de revolución, poesía e internacionalismo. En sus páginas puede leerse la intensidad del descontento y la voluntad utópica: “¡Mentira que la virtud se anide en los espíritus sufridos, piadosos y obedientes! (…) No hay virtud en el servilismo. Para encontrarla en esta agrietada época de injusticia y opresiones, hay que levantar la vista a las alturas luminosas, a las conciencias libres, a las almas batalladoras”. En 1915, celebra a la barricada, personificándola y dándole voz, “Soy la hija de la desesperación popular; soy producto del alma atormentada de los humildes, y de mis entrañas nacen la libertad y la justicia”.

En Lima, en marzo de 1904, apareció Los Parias, periódico gratuito que se prolongó intermitentemente hasta 1910. De cuatro páginas, se distribuía entre obreros, artesanos, estudiantes e intelectuales; tenía periodicidad irregular y salía bajo la dirección del artesano de joyas y comerciante Pedro Pablo Astete. Sin embargo, fue González Prada el principal impulsor intelectual del proyecto, debido tanto a su conocimiento de las ideas libertarias como a sus vínculos con los intelectuales radicales de la época.

La cabecera de Los Parias incluía el lema “Por la redención social”, la publicación circuló entre la clase trabajadora peruana, convirtiéndose así en el primer medio impreso del país en adherirse abiertamente a la ideología anarquista. Durante sus dos primeros años su tiraje alcanzó picos de entre 3000 y 6000 ejemplares. De este modo forjó una estrecha relación con el desarrollo de la lucha de los movimientos obreros y sus organizaciones sindicales, como la antigua Sociedad de Panaderos Estrella del Perú, fundada en 1887 por Manuel Caracciolo Lévano o nuevos grupos organizados de trabajadores mineros en Cerro de Pasco.

Las colaboraciones de González Prada en Los Parias, firmadas con seudónimos, muchas veces fueron el artículo principal, el que abría la primera columna. La mayoría de sus textos difunde ideas, agita conciencias y ataca sin piedad a sus adversarios mediante un lenguaje directo, frecuentemente con pasajes humorísticos de grueso calibre (sobre todo en artículos anticlericales), prueba indiscutible de la versatilidad y la conciencia estilística de nuestro autor. Publicó textos doctrinarios, poemas, epigramas, diálogos satíricos, traducciones, notas críticas y bibliográficas, y aforismos seleccionados de otros autores, como Jean-Marie Guyau.

Al final de cada número de la revista se incluía una breve nota: 

Esta hoja no sirve de vehículo a personales ambiciones ni está vendida al oro burgués. Cuenta, para sostenerse, solo con las erogaciones voluntarias de aquellos que, preocupándose de la futura suerte de la humanidad, quieran contribuir a preparar el grandioso día de la aurora social, ayudándonos con nuestra propaganda (1904, N.° 8: 4). 

“Oro burgués” y “aurora social” son imágenes típicas de la prensa anarquista del periodo en diversas partes del mundo: la batalla del presente contra el orden socioeconómico capitalista y la promesa de una emancipación social de todas las clases. Adicionalmente, Los Parias informaba mediante los cables de noticias de la actuación anarquista y de las huelgas en diversas partes del mundo, por ejemplo, Italia, España, Argentina, entre otros.

El gobierno mexicano declaró el 2022 como el año de Ricardo Flores Magón; en el Perú, el centenario de nuestro ensayista (2018) solo fue celebrado por un puñado de rebeldes y algunos académicos. Hoy la obra de González Prada ha adquirido una dramática actualidad, hay que volver a leer al viejo maestro que empleaba las palabras como estocadas, pero amaba el campo, los animales y la mermelada de naranja.